Me centraré en la pérdida de los seres queridos. Quiero hablar de ese sentimiento de soledad que se mezcla con la ira y la impotencia.
Es por todos sabido que el dolor emocional es el más doloroso para los seres humanos. Por nuestra tendencia a organizar nuestras vidas. Cuando crecemos rodeados de padres, hermanos, abuelos, tíos, primos, etc. forjamos inconscientemente un imaginario futuro con todos ellos a nuestro alrededor envejeciendo con nosotros. Cuando esta idea se ve truncada por algún fallecimiento, generalmente de algún abuelo o abuela, nuestros planes se detienen y nos sentimos confundidos. Y comienza lo que profesionalmente se denomina ''duelo''. Yo, como profesional sanitario, me encuentro diariamente con duelos complicados, familiares que perdieron a su ser querido hace más de dos años y que son incapaces de seguir adelante y realizar una vida corriente. En otros casos, se ven afrontamientos ineficaces, como evitar la realidad o evadirse del resto de sus familiares. Si conocéis a alguien así, no lo toméis como algo personal, son personas que no saben cómo afrontar sus emociones, ayudadles. Buscad ayuda en profesionales como psicólogos o psiquiatras.
Nunca hay que olvidar, que la pérdida de un ser querido es dura, ya sea una pérdida progresiva como puede ser una enfermedad crónica o una pérdida repentina como un accidente de tráfico.
Lo único que varía es el impacto que supone en los familiares ya que en la segunda, los familiares se sienten culpables o incompletos al no haberse podido despedir.
Un duelo siempre es y será complicado, lo esencial para poder superarlo es la aceptación de la situación, hay que realizar un trabajo con uno mismo. Poder entender que la vida continúa y saber manejar el dolor que por un tiempo es sano que se manifieste, por supuesto, nunca habrá que reprimirlo. Esc
ribid cartas a vuestro ser querido, buscad personas con las que poder hablar y llorad, llorar limpia el alma. Llegará el día en que recuerdes a tu familiar y sonrías, recordando sólo lo bueno, ese será el día en que el duelo esté superado.
Por eso, yo siempre hago hincapié en una cosa que me enseñaron desde muy pequeñita en mi casa: Nunca, jamás, te acuestes sin haber perdonado con los que te peleaste y sobre todo da a todos las buenas noches. Valora lo que tienes.
A veces algo tan sencillo como un simple adiós, puede hacer que vivamos en paz.
Todo mi amor y ánimo a todos los que estén pasando por un duelo.
A mi bisabuela, con amor.
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